Germen 11

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Hace años, éramos tan ingenuos como para pensar que podíamos cambiar el mundo. Pero no a través de un partido político, ni de grandes actuaciones. Más bien, todo lo contrario, desde las acciones más cotidianas, esas que se nos escapan casi sin pensarlo. Acciones que, pensábamos entonces, son capaces de contagiar y multiplicarse por sí mismas. Sólo era cuestión de encontrar esos pequeños gestos y forzar un poco su presencia en nuestra sociedad. Entonces creamos Germen 11.

Germen11 éramos un grupo de personas dedicadas a la acción social y preocupadas por todo lo que sucedía a nuestro alrededor.
Creíamos que otro mundo es posible y esta afirmación estaba fundamentada únicamente en la transformación de nuestra conciencia y de nuestra visión del mundo.
A Germen11 nos preocupaba y mucho que lo negativo inundase nuestras vidas frente a lo positivo y que cada vez fuera más fácil dejarnos llevar por una corriente de individualidad y desconfianza en el otro. Esto, estábamos convencidos de ello, provoca a menudo problemas de convivencia, tanto a nivel familiar como social.
Por eso, Germen11 proponíamos un cambio, pequeño, pero enormemente complejo, porque nos competía a todos: empezar a movernos en acciones positivas que provoquen efectos positivos en las personas que nos rodean.
Por supuesto, pensábamos que este camino debía de recorrerlo cada uno por sí mismo, pero que era fundamental hacerlo acompañado, para aprender de los demás.

Llevamos a cabo sólo algunas acciones, con cierto éxito. Sin embargo, no perduró demasiado. Tal vez porque suponía mucho esfuerzo para todos, tal vez porque se nos acabaron las ideas o, tal vez, simplemente, porque habíamos conseguido que la transformación que buscábamos se diera en nuestro interior y, con eso, nos conformamos.

Sin embargo, quizás sea por algo de nostalgia, pero no quería que este proyecto quedase en el olvido, por lo tiene de mí o lo que yo tengo de aquello. Por eso, comparto aquí la información de las acciones que llevamos a cabo:

¿Por qué Germen?

La palabra Germen implica en sí misma el contagio y la multiplicación de ese contagio. Cuantas más personas nos contagiemos del Germen, con más rapidez lo transmitiremos.
Debemos entender en este caso la palabra «contagio», como un proceso personal y consciente, y por supuesto positivo.
Germen también hace alusión a algo que nace, que emerge lentamente y se abre paso con la energía de la esperanza. Y eso es lo que precisamente nos mueve. La esperanza de que las cosas pueden ser mucho mejores de lo que son.
Tal y como dice «La teoría del caos», toda acción causa un efecto. Y cuando la acción es negativa, la reacción será a todas luces también negativa.
Pero, ¿qué sucedería si nuestras acciones fuesen siempre positivas y omitiéramos las negativas? Nosotros estamos convencidos de que el efecto sólo podría ser positivo. Y esto lo creemos así, porque lo vemos todos los días a nuestro alrededor, aunque en menor medida que las acciones contrarias.
El proceso que planteamos es complejo, aunque no imposible, ya que se da de forma natural en muchas ocasiones.
El Germen propone ir creando pequeñas acciones positivas e interiorizarlas paulatinamente. Y quizás de esta forma se pueda generar un caldo de cultivo ideal para transmutar nuestra sociedad en una sociedad mejor.
Pero es fundamental tener en cuenta que el cambio debe producirse primero en un mismo para después poder transmitirlo.

Primera Ola: una flor para la transmutación

desiertoTras la ventanilla, vitrina o stand de atención al público de cada estación, comercio, administración, entidad… hay vida. Lo anunciaban así los periódicos de ayer. Y resulta que en esa vida, según comentaban, también hay sentimientos, sueños y miles de anécdotas enclavadas tras las agujas del reloj de pared que definen uno por uno los acontecimientos que conforman la individualidad más selecta de cada persona.
¿Quién no conoce o ha conocido en su vida a alguien cuya función laboral y, por tanto retributiva, consista en atender a otras personas?
Desde nuestro lado de la vitrina, desde la seguridad que da ser «el atendido» es fácil juzgar e incluso infravalorar el trabajo de los que se enfrentan cada día a un incesante trasiego de desconocidos, a los que no les importa lo más mínimo la persona, sino tan sólo la información o servicio que les pueda ser ofrecido. La vitrina se convierte entonces en un expositor de máquinas defectuosas, incapaces de cumplir eficientemente su trabajo, un símbolo de las despersonalización.
Desde Germen pensamos que todos tenemos una responsabilidad en cambiar esta situación, y aunque no sólo la naturaleza de ésta nos pertenezca íntegramente, sí nos parece importante dar el primer paso hacia el respeto de la individualidad, lo imprescindible de darle valor al ser. Sólo así podremos acercarnos a los demás, a aquellos ninguneados que de ocho a tres convertimos, a la sombra de la vitrina, en simples muñecos de cera a la espera de la quema.
Por todo esto y porque creemos que detrás de esas vitrinas no sólo hay trabajadores, sino personas y sus circunstancias, Germen11 propone su primera acción, por y para ell@s/nosotr@s.

Esta primera acción consistirá en regalarle dos flores a una persona que elijamos que se encuentre trabajando de cara al público. Nuestro objetivo no es agradecerles su trabajo desde nuestra persona por lo bien que nos trata día tras día (o no sólo eso), sino más bien el alegrarle el día a alguien que lo necesite, bien porque su trabajo sea complejo y poco agradecido, bien porque siempre nos regale una sonrisa, bien porque esté pasando una mala época y se lo merezca.
Decíamos que regalaríamos dos flores. Y teniendo en cuenta el interés multiplicador de las acciones que promueve Germen, añadiremos que la segunda flor irá destinada a propiciar que la persona a la que le hemos regalado inicialmente la flor le regale esta segunda a otro que él/ella mismo/a elija, en las mismas condiciones que hicimos nosotros.
Sin embargo, no será necesario hablar con esa persona ni explicarle el motivo de nuestro regalo, pues toda esta información irá impresa en una pegatina con la que se unirán ambas flores y con la que la persona que reciba la flor comprenderá el sentido de la acción. Estas pegatinas se publicarán en esta misma página, con el fin de que cualquiera pueda hacerse partícipe de esta primera convocatoria abierta de Germen11.

La cita será el próximo lunes 30 de julio, durante todo el día.

Posteriormente se invita a que cualquiera pueda entrar en el blog y comentar su experiencia con esta primera acción.
¡Animáos! y dejáos contagiar por el Germen.

¡Ya está la pegatina para las flores!
Tan sólo tenéis que poner el puntero del ratón encima, hacer click y os saldrá una ventana con la imagen en grande. Después tan sólo pinchar en «Archivo» y luego «imprimir» (bien en papel de pegatina o bien en papel normal y después pegarla), doblarla por la línea, introducir en ella los dos tallos de las flores y regalarlas.
Es muy sencillo.

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Segunda Ola colectiva: Vagón de descanso

desde_el_tren1Tu vagón está enfermo, y el nuestro, y el de todos. El virus ha conseguido extenderse por todos los trenes que recorren las vías de esta ciudad. La verdad, no sabemos cómo pudo ocurrir. Nadie lo sabe, pero lo cierto es que la enfermedad se ha hecho insostenible.
Esta enfermedad hace que cada día se junten multitud de personas en un mismo espacio y, a pesar de verse las caras un día tras otro, no se conozcan ni lo más mínimo. Es una enfermedad atípica, cuyos síntomas más evidentes son los de la pérdida de las normas sociales más elementales. Si alguien entra en un vagón infectado, es incapaz de saludar a los que están presentes. Esta enfermedad hace que nos sintamos incómodos si alguien se sienta a nuestro lado y que no nos miremos a los ojos. El mal se extiende rápidamente y nos obliga incluso a rehuir a personas que conocemos para que no nos hablen, porque de repente te sientes incapaz de mantener una conversación con un conocido. Y si alguien necesita ayuda… nos cuesta mucho ofrecérsela. Quizás en otro lugar no tardaríamos en ser los primeros, pero en el vagón… la enfermedad nos devora, nos convierte en otros seres.
Lo más extraño de todo es que después todo se olvida. Una vez que salimos de la estación volvemos a ser nosotros mismos. Saludamos al entrar en la panadería, ayudamos a nuestra vecina con las bolsas de la compra y no nos importa que alguien se coloque a nuestro lado en el ascensor…, ¿o no?
En Germen pensamos que ya está bien de ocultar la enfermedad, que es importante ponerse manos a la obra para acabar con ella.
Por eso para nuestra próxima acción queremos plantear un espacio común: un vagón de tren. El objetivo será cuidar a alguien que viaje en ese tren. Hemos pensado que para ello, el mejor símbolo es regalar un cojín personalizado, deseando con una frase (que podemos pintar, coser o escribir en el cojín como cada uno quiera) un feliz viaje a la persona a la que se lo regalemos.
Somos conscientes de que hay ciertos espacios de intimidaz que no podemos vulnerar, únicamente se trata de ofrecer un cojín a alguien que regrese cansado de trabajar para que el trayecto se haga más cómodo y hacerlo de forma personalizada.
Y como también sabemos que puede resultar un tanto violento recibir un regalo de un desconocido en un vagón de tren, creemos que es importante preparar a las personas que viajen para ese momento, y por eso hemos pensado crear el «Vagón del descanso». Repartiremos octavillas informativas a la entrada de la estación informando sobre el lugar que ocupa dicho espacio en el tren y anunciarlo con carteles movibles (es decir, que los llevará una persona y se apuntalará en cada una de las entradas del vagón). Por supuesto, no puede faltar la música para recrear un ambiente relajado.
La cita será el próximo viernes 5 de octubre, en la linea de Móstoles-El Soto, a las 18’00 h.
Si no te atreves a regalarle un cojín a una persona que no conoces, no te preocupes, hay muchas otras formas de participar. O si vives lejos de Madrid y aún así te gustaría participar, no importa, escríbenos y quizás encontremos la forma.
O tal vez tan sólo te gustaría recibir un cojín y que alguien te cuide por un día.
¡Únete a nuestro «Vagón de descanso»!
Quizás este sea el primer paso para acabar con la enfermedad.

Comunicado de germen 11. Viernes 5 de octubre de 2007.

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Y, por último, el blog en el que volcamos nuestras pequeñas acciones:

Germen 11

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