Parásitos

Sinopsis

¿Imaginas que fueras un pequeño insecto? ¿Y si, además, una vez al año fuera una tradición comerte un pedazo de un familiar ya muerto? ¿Y si, para colmo, una vez digerido te convirtieras durante un día en ese individuo?
Pues eso es precisamente lo que le sucede al pequeño Apid, cuya familia está empeñada en que se coma una pequeña porción de su abuelo. No le gusta sentirse como él. Es desagradable y tiene muy mal carácter. No hay quien le aguante. Así que tendrá que tratar de librarse, por una vez, de esta fastidiosa costumbre ancestral.
¿O tal vez no? Quizás la cosa cambie un poco cuando él y sus amigos tengan que buscar al incauto que ha robado la seta de Vetustáfida, el miembro muerto más antiguo de su comunidad, la que tiene en su poder el conocimiento de toda la especie, la responsable de que todos y cada uno aprendan las costumbres almacenadas a lo largo de los años en su memoria inmortal. A no ser que… Vetustáfida no quiera ser encontrada, claro está.

Personajes

Algunos de los protagonistas de esta historia:

Apid: es el protagonista, un joven Ápido macho que no termina de entender las convenciones sociales de su especie. Los Ápidos son pequeños seres provistos de un estilete que utilizan para succionar el preciado líquido que contienen algunas plantas, al que llaman Tiempo porque tiene propiedades relacionadas con el transcurrir del tiempo.

Vetustáfida: es el miembro más viejo de la comunidad de Ápidus. Aunque hay un equeño inconveniente: ya está muerta. Pero los Ápidus cuentan con un mecanismo ancestral: la fiesta de la Resurrección, en la que todos los Ápidus ingieren un pedazo de la seta que emerge en el cuerpo de todo aquel que fallece. Al digerirla, se convierten, durante unas horas, en el difunto y recuperan su memoria. En el caso de Vetustáfida, el honor de resucitarla recae en el miembro más viejo de la comunidad, que a su vez incorporará sus vivencias a la memoria de Vetustáfida, convirtiéndose en el recipiente de experiencias de toda la comunidad. Sin embargo, en esta ocasión, la seta de Vetustáfida ha desaparecido y tendrán que encontrarla si quieren mantener vivos los conocimientos almacenados durante siglos.

Formón: los Fórmidos son seres robustos, aunque no demasiado inteligentes. Aun así, han conseguido llevar a cabo un contrato ancestral con la comunidad de Ápidus: los pequeños solo tienen que extraer el Tiempo de los Pozos con sus estiletes y los Fórmidos los protegen de cualquier amenaza externa a cambio de algo de ese preciado líquido que los hace más ágiles y rápidos. Vamos, que son sus patrones y, al mismo tiempo, sus protectores. En el joven Formón, adicto al Tiempo, recaerá la misión de transportar a Apid y sus amigos en la búsqueda de la seta perdida de Vetustáfida para que la memoria colectiva de los Ápidus no caiga en el olvido.

Feria del libro de Madrid (11/06/25)