Me sorprende ver a tanta gente llevándose las manos a la cabeza con lo del máster de Cifuentes.
Sí, he leído incluso a docentes que han manifestado, enfadados, y con cierta razón, que no saben qué decirles ahora a sus alumnos en relación con el esfuerzo. Que si yo nunca he regalado nada, que si las cosas hay que ganárselas, que si hay que esforzarse…
Me sorprende que pensemos, a estas alturas de la película, que la sociedad que hemos construido se sustente sobre valores como el esfuerzo, cuando que yo sepa, a día de hoy, siguen existiendo, y ganando dinero por encima de sus posibilidades, Cristianos Ronaldos, Messis, Amancios Ortegas, Felipes Sextos, Belenes Esteban, M. Rajoys… Sí, esos a los que muchos defienden y justifican con la ya consabida frase de “…es que lo generan” o “…es que lo valen”, y que no hace otra cosa que afianzar una y otra vez la burla que significa para gente que realmente se esfuerza en conseguir lo poco que tiene. Es decir, que hemos aceptado el cinismo como fuente de explotación de nuestras propias personas. Nos hacen creer que el esfuerzo es lo más importante en esta vida para después rebozarnos una y mil veces por la cara los éxitos de estos personajes, cuyos méritos son, cuanto menos, dudosos.
Y no digo yo que no deba de ser así, pero dile tú a ese muchacho cuya familia huye de la guerra en una balsa de neumático sin apenas saber nadar que, si se esfuerzan mucho, serán capaces de superarlo todo y alcanzar aquello que tanto anhelan. Háblale de tesón a esa chico o chica maltratada que cada día se sientan en el pupitre de sus escuelas, pero que no son capaces de concentrarse porque el miedo les atenaza. Asegúrale a ese muchacho que acaban de desahuciar tras perder su trabajo que todo se puede superar si le echas ganas. Convence a tu vecino o vecina, que va cada semana a recibir una ayuda alimentaria, de que todos tenemos las mismas oportunidades y que, si nos esforzamos, seremos capaces de llegar a cualquier meta. Mira a los ojos de ese chico o chica negra, mestiza, gitana, magrebí, gay, lesbiana, transexual, bisexual, autista, síndrome de Down, esquizofrénico, bipolar… de que todos y todas somos iguales y partimos del mismo lugar, y que, con un poco de disciplina y esfuerzo, seremos capaces de sacarnos los mismos títulos, acceder a los mismos puestos de trabajo, irnos a los mismos lugares de vacaciones… y, en definitiva, tendremos las mismas oportunidades para conseguir aquello que deseemos.
Tal vez el máster de Cifuentes no sea lo más importante, teniendo en cuenta la multitud de casos de corrupción que han conseguido agravar aún más la situación de crisis y empeorar la vida de los más vulnerables. Tal vez sea cierto que debemos ganarnos las cosas, aunque, la verdad, hay personas a las que yo les regalaría un título y mucho más. Quizás lo más relevante del caso de nuestra (esperemos) ex-presidenta sea que ha conseguido sacar a la luz el alto grado de cinismo que somos capaces de aguantar en nuestra sociedad.
Y venga, basta de charla, que tengo que estudiar para sacarme un nuevo título, que me permitirá estudiar después (acreditando antes, eso sí, unos cuantos años de experiencia y un nivel avanzado de inglés) un nuevo grado para aumentar mis puntos, de cara a que algún día, si es posible, pueda dejar de dar vueltas de cole en cole por toda la comunidad y, con un poco de suerte, ejerza todo el año en el mismo centro. Eso sí, primero habrá que esforzarse… porque nadie me va a regalar nada.